Tener una antena parabólica construida e instalada
no implica que su funcionamiento será del todo satisfactorio ni que la señal llegará de
manera fortuita. Existen otros factores a tomar en cuenta y que trabajan de manera
conjunta para que la captación de una señal deseada y sin interferencias sea posible. Es
aquí donde intervienen tres elementos indispensables: la elevación, el
azimut y la polarización.
Azimut
Teniendo en cuenta el plano donde va a ser instalada la antena parabólica y la
ubicación del norte geográfico se encontrará la posición exacta donde debe ser fijada.
Haciendo referencia a un ángulo horizontal se hace rotar aquella de tal forma que
coincida con la posición y trayectoria de una determinado satélite. Este punto en sí
depende del hemisferio en el que se encuentre el observador, si está ubicado en el
hemisferio norte la referencia se redirigirá hacia el Polo Sur y viceversa.
El azimut (Az) adquiere valores dependiendo de la orientación de la parábola
siendo cero, positivo o negativo si esta se encuentra al sur, este u oeste
consecutivamente. El mismo fluctúa de 0 a 360 grados pudiendo realizarse su ubicación en
los cuatro cuadrantes básicos de una circunferencia unitaria (Relación directa con la
trigonometría).
Es así que se pueden realizar estimaciones matemáticas para calcularlo tomando en
consideración aspectos como la declinación magnética (Dm) y el rumbo (Rm,
ángulo de 90 grados o menos) de donde se desprenden dos ecuaciones fundamentales que
pueden ser aunadas en una que considera la orientación hacia el Este con signo positivo y
la del Oeste negativamente (Az=Rm+Dm).
Otras cuestiones son evaluadas al realizar estas mediciones de tipo angular pudiendo
ser: la referencia, la cual supone el lugar exacto desde donde se realiza la
medición; la amplitud, que indica el valor de la medición en grados y por último
el sentido tomando en cuenta una línea de referencia.
Elevación
Al igual que el azimut se toma como punto de referencia el plano horizontal y a
partir de aquí se obtiene un ángulo que resulta de la inclinación de la antena parabólica en relación a dicho plano
lo cual permite la llegada de la señal satelital. La diferencia principal entre azimut
y elevación está dada en que la primera se ajusta en dirección izquierda o derecha
mientras que la segunda se realiza de arriba hacia abajo o viceversa.
El inclinómetro es el instrumento de medición utilizado para realizar los
ajustes angulares, proceso que se conoce como elevación de la antena.
Consecuentemente al valor obtenido es necesario sustraerle la elevación real con
que la antena capta la señal satelital dependiendo de dos factores fundamentales: el
lugar donde está instalada la antena y el satélite objetivo de conexión.
Estos satélites se encuentran posicionados en una órbita aproximadamente a 36.000 Km.
de distancia de la tierra en la llamada órbita de Clark. A este proceso de ajuste
se le denomina montura polar y coincide con la localización exacta del norte
real.
Polarización
Unido a los ajustes de azimut y elevación aparece este último elemento a
partir de la rotación del conversor (LNB) siempre en sentido de las agujas del
reloj y tomando en consideración la ubicación geográfica de la antena. Esta medición
se realiza con la vertical imaginaria trazada desde el suelo y su valor es calculado en
grados.
La polarización puede ser producida de manera vertical u horizontal dependiendo
de las emisoras que transmiten en un sentido u otro. Es por esto que el LNB se debe
hacer girar con el objetivo de posicionar el dipolo en una de aquellas dos formas,
teniendo en cuenta previamente el tipo de señal que se quiera recibir.
Para realizar este procedimiento se utiliza un polarizador (equipo
electromagnético) o de lo contrario se recurre a la separación de las polarizaciones
mediante un método llamado ortomodo, que en consecuencia realiza la misma
función. Este procedimiento puede ser excluido cuando se produce una polarización
circular y la excepción aparece cuando la orientación de la antena es dirigida hacia
un satélite DBS. |